Seguidores

martes, 7 de junio de 2011

Capitulo 15

Le miré, me dolía hacerlo porque me recordaba lo que él había hecho, lo que me había dicho. Siendo él a la primera persona que se lo contaba después de mí circulo cerradísimo de amigos y me lo echó en cara. Pero no fue mi culpa, sin embargo esto sí. Deseaba no haberle contado nada, y sabía que me arrepentiría toda la vida por haberlo hecho.

-Pues dímelo ya no tengo todo el día Matt…
-¿De dónde vienes? He pasado aquí toda la noche y no te he visto
-Creo que no tengo que darte explicaciones.-Contesté en un tono secante.

Aparte de lo que hizo, ¿pretendía que le diese explicaciones de lo que había hecho? Era lo último que podía esperar.

-Vale, si es cierto, lo siento. Abby, siento mucho lo que te dije. No debería habértelo dicho ni echártelo en cara, porque no tienes la culpa, ¿me perdonas pequeña?

No sabía si perdonarle, a pesar de su petición. Le miré, tenía en su cara una expresión triste y apenada, pero podría estar fingiéndolo. Seguía siendo él, su mismo cabello rubio y brillante, pero su cara no estaba como siempre, no sonreía. No tenía esa sonrisa que me volvía loca. Me arrepentiré de lo que iba a hacer.

-Vales, estás perdonado, pero tendrás que ganártelo. No te lo voy a poner tan fácil como tú te piensas.

Sonrió y esta vez me hizo hacerlo a mí también, cosa que no quería hacer. Pero era su sonrisa y ésta me hacía sentir bien como si cualquier cosa no importase en el mundo. Pero sus ojos, aquellos ojos grises transmitían alegría ahora y la expresión de su rostro cambió totalmente.

-Ya sé cómo hacerlo, pero para eso tienes que quedar conmigo esta noche. No más numeritos familiares, sólo tú y yo.
-¿Y Dani, no va a estar en casa?
-Que va, se va al pueblo con mis padres, en realidad tendría que haber ido pero estaba esperando a hablar contigo y al final no voy a ir si quieres quedar conmigo esta noche, claro.

Me hacía ilusión la verdad, por una vez, íbamos a estar completamente solos. Quería olvidar la tarde de su cuarto, y sabía que me recompensaría por ese fatal error. Pasaron sólo dos días pero me había vuelto a acostumbrar a su presencia después de su desaparición, sabía que no soportaría tanto tiempo sin él, otra vez. Sonreí como una idiota al pensar en las sorpresas que me iba a preparar, ya que de pequeño él era muy detallista, esperaba que eso no hubiese cambiado.

-Vale, ¿a qué hora quedamos?
-Abby, ¿sabes qué? Me acabas de hacer más feliz aún de lo que ya estaba por tenerte a mi lado. A las nueve en mi casa, ¿te parece bien?
-Perfecto.-Reí.- ¿Llevo algo?
-Nada, tú no te preocupes por nada, ¿vale? Yo me encargo de todo. Luego te veo, tengo que hacer muchas cosas.- Se fue corriendo pero al segundo volvió y me besó, un suave beso en los labios.- Te quiero enana.

Y se fue, yo tenía que entrar en casa y enfrentarme a mi madre, por no haberme presentado allí por la noche. Aunque ya era mayor, de vez en cuando se preocupaba demasiado por mí. Por suerte no había nadie, subí y preparé el baño, no un baño normal sino uno de los que a mí me gustaban. Llené la bañera de agua caliente y puse jabón para hacer espuma. Encendí unas cuantas velas de vainilla y una vara de incienso que me recordó a Danielle. Usé también bolitas de aceite con la misma fragancia que las velas y cerré la ventana, estaba totalmente a oscuras, salvo la tenue luz de las velas.
Me metí en la bañera y eché la cabeza hacia atrás, sentía el agua en mi cuerpo y la efervescencia de la pastilla para baño que eché de vainilla. Eché la cabeza hacia atrás apoyándola en la almohada que tenía para el baño. Sonreí y pensé en él, en Matt, pero también lo hice con Christian. Pensaba en los dos y sabía que algún día se tendría que acabar, porque iba a acabar enamorándome de alguno de los dos, cosa que no quería hacer y la única manera de no hacerlo era separándome de ellos, y no podría, no quería en realidad. Sentí que necesitaba aquellos ojos verdes con sus motas azules mirándome siempre, pero también necesitaba estar rodeada por esos musculosos brazos mientras mis dedos se enredaban en los cabellos rubios de Matt. Necesitaba sentir todo eso, pero era realmente egoísta por mi parte hacerlo, acaparar a los dos, aún no teniendo nada serio con ninguno de los dos. No sabía qué hacer y en esto no podía pedir ayuda a Danielle, ella siempre  diría que su hermano era la mejor opción, al fin y al cabo era familia.
Pasaron las horas y eran las ocho, nuestras casas estaban relativamente cerca si ibas en algún medio de transporte o caminabas muy deprisa. Me puse unos shorts vaqueros y una camiseta de manga corta con escote de pico y botones adornándola de color blanca, con unas zapatillas planas con cordones blancas también. El pelo lo llevaba suelto con espuma para potenciar los rizos. Cogí la moto y en cuestión de minutos llegué a casa de Danielle y Matt. Llamé al timbre y salió él, con un pañuelo negro atado a la muñeca, una camiseta negra ajustada de manga corta y bermudas vaqueras y las zapatillas acorde con la camiseta.

-Buenas noches señorita.-Me besó la mano.- ¿Puedo?-Dijo señalando el pañuelo y mirándome.
-Si, claro.-Le dije sonriendo.

Agarró el pañuelo y me lo puso en los ojos, tapándome la vista que tenía hacia su casa.

1 comentario:

  1. u.U
    Mmmmmerengue merengue!! xDD
    Y haber si te das mas prisita eh mona, que no puedes poner la excusa de que tienes que estudiar porque eso tampoco lo haces, petarda =P
    te quierooo (L)

    ResponderEliminar