Seguidores

domingo, 13 de marzo de 2011

Capitulo 6

No paré de dar vueltas por toda la cama no podía dormirme, miré el reloj y vi que eran las 5 de la mañana. Abrí los ojos, después de todo había dormido 2 horas y media. Me levanté despacio y me miré al espejo tenía una cara espantosa, unas ojeras muy marcadas y el pelo que parecía haberse cardado por sí solo, cómo un autómata me agaché y cogí el cepillo del pelo. Lo pasé como tres veces por cada mechón. En cuanto a la cara intenté arreglar mi penoso aspecto. Primero me lavé la cara, no lo utilizaba casi nunca pero me la limpié más aún con una leche limpiadora que me compró mi madre hace poco tiempo, después de eso eché un poco de tónico a un algodón. Lo expandí por toda mi cara, ahora estaba menos penosa que antes pero algo era algo. Me maquillé con corrector y un poco de maquillaje. Los ojos, los perfilé de negro y me apliqué un poco de rimmel.
Fui arrastrando los pies, aún dormida y me vestí con lo primero que pillé, unos vaqueros pitillo, una camiseta blanca de tirantes y encima una sudadera que me recordaba a él, mas que a él a sus ojos. Esos ojos que no me podía quitar de la cabeza. Cerraba los míos, y enseguida todo se inundaba de ese color, esos matices azules que él tenía en sus ojos verdes.
Me puse mis botines adidas blancos con las rayas en azul.
Anduve hacia la cocina, vertí el café en un vaso y le eché un poco de leche, lo calenté en el microondas. Cogí una napolitana de chocolate que me dejó mi madre con una nota encima “Cariño no me esperes para comer, tengo mucho trabajo. Te quiero”. Estaba caliente todavía, le pegué un bocado, tenía muchísima hambre, bebí mi café que estaba realmente asqueroso pero tenía que ponerme las pilas.
Cuando terminé de desayunar me lavé los dientes, me puse la cazadora y cogí la mochila y el casco. Bajé las escaleras rapidísimo y subí a la moto casi de un salto.
Me puse el casco y arranqué, lo más rápido posible, fui a por Danielle, tenía unas ganas tremendas de llegar al instituto. Notaba como las manos de Danielle me agarraban más fuerte de lo normal. Llegamos al instituto en 5 minutos escasos.

-Abby, ¿qué te pasa?-Dijo gritándome, bajándose corriendo.
-¿Qué?¿Qué he hecho?
-¡Pues casi salimos disparadas!
-Tampoco es para tanto.-Dije bajándome de la moto.
-Tía, ibas demasiado rápido.
-Vale, sí, un poco, lo siento. De verdad, es que tenía prisa de llegar al instituto.
-¿Y eso por qué?
-Mira.-Le enseñé el sms del móvil.
-Ay, Abby estás haciendo cosas que no son normales. Lo sabes ¿no?
-Tampoco es nada extraño, sabes que yo soy así. Si puedo disfrutar con esto y encima sacar mejores notas, pues esta bien, ¿no?
-Sí…si por esas, está bien, pero es tu profesor de lengua.
-Bueno Dani…podría haber sido cualquier otro-Dije sonriendo.-¿tú que tal vas con el asunto de Lucas?
-Mejor no comentamos. Vamos a entrar que al final llegamos tarde.

Entramos las dos riéndonos. Lucas era un chico con el que Danielle tonteaba pero no conseguía decirle nada. Ella era muy tímida y él, bueno él era distinto, no le daba vergüenza casi nada y hacía amistades fácilmente. Tonteaban a veces, pero todo dependía de los días, si estaban bien se llevaban como nadie, pero a veces no se podían ni ver. Así que Danielle aprendió a llevarlo, esperando a que algo pasase.
Mientras yo, estaba intentando quitarme de la cabeza cualquier pensamiento “amoroso” que pudiese tener con Christian. Porque yo no podía permitirme el lujo de enamorarme de nadie, no después de lo que me pasó. Tenía que estar lo suficientemente enganchada a él pero sin llegar a enamorarme. Básicamente lo que hacía con todos los hombres, porque así sería realmente feliz. Cuando todos o la mayoría sufriese por lo que me pasó. Entramos en clase y nos sentamos en la segunda fila al lado de la ventana, dejamos las cosas y salimos al pasillo. Justo al salir, venía él. Vestía un polo blanco de manga corta, estaba haciendo buen tiempo pero no tanto para ir vestido de esa manera. Me dedicó una sonrisa, no muy ancha, pero suficiente para darme cuenta de que era para mí. Le dije un “hola” tan bajito que no creo que ni Danielle, se diese cuenta de que lo hubiese hecho, nos dimos la vuelta y entramos en clase.

2 comentarios: