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miércoles, 2 de marzo de 2011

Capitulo 3

Me volví a mi sitio, mi respiración y el ritmo de mi corazón estaba demasiado acelerado. Cogí la mano de Danielle y se la apreté. Sacó una hoja de su archivador y empezó a escribirme: “¿Qué te pasa Abby?” “Joder tía, ¿estás ciega? Este va a ser nuestro profe de lengua TODO el curso” “Puf la verdad, es que no está nada mal el profeY yo me he chocado con el deberías ver lo duro que está, tiene un pecho…”
De repente, me llamó la atención que algo se movía hacia aquí, levanté la mirada y era él, se dirigía a nuestra mesa con el entrecejo un poco fruncido.

-Señoritas, ¿me hacen el favor de darme ese papel?

Se me hizo un nudo en la garganta, me costaba tragar saliva, y poder hablar. Me quedé anonadada con sus ojos verdes y azules, realmente eran hipnotizadores. Cogí el papel y lo hice una bola de papel con una mano sin darme cuenta, a causa, de los nervios.

-¿Como se llama?
-Abby McClay.
-Señorita McClay, ¿Le importaría darme el papel que tiene en la mano?

No sabía si me estaba hablando, yo sólo le miraba a los ojos. Sentí un codazo en las costillas.

-¡Ay!- Miré a Danielle enfadada.- Esto, señor Lodge, lo siento pero es una tontería.
- Si es una tontería, no creo que le importe dármelo.

Cogí el papel y lo rompí, no podía permitir que viese lo que habíamos puesto en la hoja, así no se empezaba el curso con un nuevo profesor, aunque estuviésemos en el segundo trimestre.

-Me temo que va a tener un castigo por eso, señorita McClay.
-Vale, pero por favor no me llame así, prefiero Abby.
-A las cuatro en el aula de castigos, señorita McClay.
Estaba castigada, genial. Nunca había estado castigada, siempre me portaba lo mejor posible en clase, puede que hubiese algunas reprimendas por hablar pero nunca al aula de castigo. Siempre hay una primera vez para todo, ¿no? Seguro que me tocaría estar con algún profesor viejo y harto de estar en el instituto y lo pagaría conmigo.
Eran las cuatro, me dirigí al aula de castigo, me fijé en que había un horario, le tocaba al señor Lodge, ahora sabía lo que iba a ser una hora eterna. La verdad es que no comprendía el castigo. Sólo había roto una hoja de papel.  Como la clase estaba sola, dejé mis cosas en la mesa más cercana a la del profesor, y me fui al baño. Tenía que refrescarme después del calor que me había entrado al saber que estaba de guardia el señor Lodge. Entré y los grifos estaban más bajos de lo normal, supuse que sería un baño para niños más pequeños, me agaché para beber agua. Oí una tos, que quería llamar mi atención. Giré la cabeza y cerré el grifo del agua. Me encontré con unos pectorales que se marcaban peligrosamente a ese jersey azul que conseguía volverme loca. Estaba segura de que las hormonas andantes como yo, estarían como locas con su nuevo profesor de lengua y literatura.

-Abby, entra en clase, por favor.-Me dijo con una media sonrisa, una mirada obviamente posada en mi trasero.
-Si señor Lodge.-Me gustaba la forma en la que me miraba asique subí lentamente y pasé por delante de él.

3 comentarios:

  1. wooooo me encanto... me as dejado claramente con ganas de mas... ya te sigo y porfaaa, escribe rapido aber q pasa cn el profe :P

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  2. Muchísimas gracias la verdad, es que me esto me da mucho ánimo para seguir =)

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  3. :$ anda que si no os tuviese a vosotras, no podría seguir escribiendo

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